Casi instantáneamente, al mencionarlo, es probable que tehayasacordado de tutaza de café estamañana Pero, ¿el aroma del café es resultado de unacomposiciónquímicacompleja o producto de nuestrapercepción sensorial? La respuesta es: ambos. El aroma del café es tan maravillosocomosusabor y tan impresionante que mereceuna de las entradas de Café Hampei.
La composición del café
Como ya conocemos, el maestro tostador del café tiene en sus manos la labor de darle todos sus matices al grano durante el proceso de tostado. El recién recogido café, en sí mismo, no contiene más que un sabor amargo si lo pusiéramos directamente con agua caliente en una taza. Al elevarlo entre 200° y 250° de temperatura, sufrirá variaciones en su color, sabor y, finalmente, su aroma.
Dentro de la semilla del café, se encuentran albergados complejos compuestos químicos: 2-metilpiridina, pirazinas, furanos y furanonas, aldehídos y cetonas… todo suena como un gran dolor de cabeza. Afortunadamente, los maestros tostadores conocen a la perfección el proceso e irán vigilando el proceso de tostado para controlar las notas tostadas, quemadas, mohosas, acarameladas, dulces y afrutadas.
Otros compuestos
En realidad, el café estácompuestopormás de 900 elementos tan volátiles que la mayoría son imperceptibles para elolfatohumano. Al someterlos al calor, eloxazol y la pirazinasalen a flote, dos de losprincipalesresponsables del aroma característico del café. Eso sí, suintensidad y calidaddependerátambién de factorescomo la variedad del grano, sugrado de madurez, la temperatura del calorsuministrado y hasta eltipo de método que empleemos al cocerlo.
Se dice que losmejoressabores y olores se obtienen con cafeterasexprés o con la prensafrancesa. Las cafeteras de filtrohacen que nuestro café pierdamuchocuerpo y, porende, tambiénsu aroma.
El aroma del café
Desgraciadamente, no todas las marcas nos ofrecen un aroma natural del café. A menudo, para hacerlos más atractivos para los clientes, se utilizan especias que lo complementan y le dan un nuevo olor. Ejemplo de ellas son la vainilla, la canela, la almendra, el chocolate o la naranja. Las variedades arábicas, al ser más suaves, aceptan con mayor sutileza el agrego de estos compuestos y te hacen disfrutar de esta mezclade olor y sabor sin precedentes.
Sin embargo, creemos que al natural el café sabe y huele mucho mejor. El café tostado en grano o ya molido, puede perder su mezcla aromática rápidamente, por lo que es importante envasarlo y conservarlo bien para que no pierda su esencia en unos pocos días. Así, los paquetes de café se cierran herméticamente y al vacío o incluyen una válvula que expulsa el CO2 y protege al café del oxígeno. Sin estas importantes medidas, el aire y la humedad actuarían sobre nuestro café y lo degradarían totalmente.
Conserva el aroma de tu café
Si pretendes que tu café continúeoliendocomoel primer día o reciénsalido del proceso de tostado, consérvaloen un lugar seco y alejado de la luz solar. Iniciandoel día con un café bien conservado, nosvendrán al recuerdolosmaravillososmomentosdondeel café entrópornuestro gusto y olfato. Seguro fueron días llenos de energía e irrepetibles; solo con unabuenataza de café lograremosevocarlos.
Resumen
Cuandoestamospordegustarunataza de café, se conjugan un grupo de elementoscomosucomposiciónquímica, la diversidad de olores y sabores y losrecuerdosprecedentessobreaquello que másnos ha gustado. Es decir, somosunamezcla de sensores y culturas que reciben lo mejor de las mezclas de café. En Hampei, nosencanta que lo descubras junto a nosotros.
Entre tus ojos y el aroma del café, bosteza el día, le pongo alas, vuelvo a nacer. - Liuba María Hevia.
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